Las Enfermedades de Transmisión Sexual -llamadas comúnmente ETS- son un conjunto de entidades infectocontagiosas que se transmiten de persona a persona por medio del contacto sexual producido en las relaciones sexuales, aunque algunas pueden transmitirse por otras vías. Para prevenirlas es muy importante conocer los métodos de protección adecuados, así como los síntomas y posibles tratamientos.
La mayor parte de las Enfermedades de Transmisión Sexual encuentran su causa en la presencia de dos tipos de gérmenes: bacterias y virus, aunque algunas pueden ser causadas por hongos y protozoos. Si bien ciertas infecciones de este tipo pueden transmitirse durante el embarazo –de madre a hijo-, mediante el uso compartido de jeringas o por contacto con sangre, su vía de transmisión más frecuente es a través de las relaciones sexuales, como el sexo vaginal, el sexo anal o el sexo oral.
Cuáles son las Enfermedades de Transmisión Sexual más comunes
Las enfermedades más comunes, especialmente en adolescentes y jóvenes, son las que genera la bacteria Chlamydia Trachomatis, Gonorrea de Neisseria, Sífilis, Trichonomas Vaginalis, Uretritis y el virus del herpes genital.
La mejor manera de prevenir la transmisión de estas enfermedades –sin dejar de tener relaciones sexuales- es evitar el contacto de las partes del cuerpo o de los fluídos que puedan transmitir microorganismos.
Lo ideal es que quienes vayan a tener relaciones se hayan realizado estudios para detectar la posible presencia de enfermedades de transmisión sexual. De todas maneras, algunos virus persistentes, como el VPH (Virus del Papiloma Humano) pueden no presentar síntomas. Por eso, la prevención se vuelve fundamental.
Métodos de protección contra las Enfermedades de Transmisión Sexual
El uso de preservativos es uno de los métodos de protección más efectivos, aunque no es 100% seguro. Debe ser usado correctamente, actuando como barrera desde y hacia el área que recubren.
Para utilizarlo apropiadamente se debe atender varios aspectos, como la firmeza en el extremo, que no debe ser demasiada, dejando 1,5 cm. en el extremo superior para la eyaculación –aunque tampoco debe colocárselo demasiado flojo porque la barrera puede fracasar-; utilizar un nuevo preservativo para cada encuentro sexual; no voltear el preservativo luego de terminar, aún si no hubo eyaculación; mantenerlo fuera del alcance del calor, ya que éste puede desgastarlo; no utilizar condones elaborados con sustancias diferentes al látex y al poliuretano, ya que no protegen contra el VIH; evitar el uso de doble condón, ya que la fricción entre uno y otro puede romperlos; y evitar el uso de lubricantes basados en aceite al usar condones de látex, porque puede romperlos.
También la vacunación contra algunas enfermedades es muy recomendable antes del encuentro sexual. Se dispone de vacunas contra algunas ETS virales como la hepatitis B y algunos tipos de VPH.
Síntomas de Enfermedades de Transmisión Sexual
Si bien la lista de posibles ETS es muy amplia y algunos de sus síntomas son compartidos, es muy importante conocerlos y consultar con un especialista ante la presencia de alguno de ellos.
La gonorrea tiene como principales síntomas: en la mujer, secreción o sangrado vaginal inusual, dolor en la parte inferior del abdomen y molestias al orinar, aunque puede no presentar síntomas; en el varón, dolor al orinar y secreción uretral purulenta, pudiendo provocar esterilidad si no se trata a tiempo.
La sífilis presenta cuatro etapas. Sus primeros síntomas visibles aparecen en la segunda, con erupciones en todo el cuerpo, posible fiebre, pérdida del cabello e inflamación de ganglios linfáticos.
Los síntomas del VIH son muy difíciles de identificar como tales, ya que suelen confundirse con síntomas de otras infecciones virales. Algunos de ellos son: una enfermedad que genera aumento en la segregación de espermatozoides, otra parecida a la gripe, fiebre, dolor de cabeza, depresión, infertilidad, diarrea, vómito y malestar general,…
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