Suele suceder que cuando de repente encuentras una persona que te encanta y parece devolverte el sentimiento el mundo se reduce a ese nuevo amor y la emoción que te embarga te ciega de todo lo que sucede alrededor, en especial si llevas tiempo sol@.
En las primeras etapas de una relación es normal ver el mundo a través de unas gafas con cristales de color rosa. Pero para algunas personas, esas gafas de color rosa se convierten en un antifaz que les impiden ver que la relación no es tan sana como debería ser.
Características de una relación sana
Para saber si estás en una relación sana, que brinde bienestar tanto a ti como tu pareja, debes reflexionar si tiene las siguientes características
- Respeto mutuo: Estar en una relación donde hay respeto mutuo significa que cada persona valora al otro por quien es y cómo es, entiende los limites de su pareja y nunca los fuerza más allá de lo que la otra persona quiera ceder. Pregúntate si tu novi@ se da cuenta de quién tú eres (con tus gustos y manías) y si está contigo por quién tu eres y no quién finges ser.
- Confianza: No hay ningún problema en sentirse un poco celoso a veces; los celos son una emoción natural. Pero lo que importa es cómo reacciona una persona cuando se siente celosa. No es posible tener una relación sana si no confías en el otro.
- Honestidad: La honestidad va de la mano de la confianza, porque es difícil confiar en alguien cuando tú no actúas con honestidad. Si mientes o si te mienten, y esa mentira es descubierta difícilmente podrás confiar al 100% en una ocasión similar en el futuro. Un buen tip para poner en práctica es: Si quieres honestidad, sé primero honest@ tú.
- Apoyo: La pareja debe apoyarse no solo en los momentos malos. Algunas saben como “estar ahí” cuando las cosas no marchan del todo bien, pero son incapaces de “estar ahí” para dar una felicitación, una motivación en un nuevo proyecto que quieras emprender o cualquier otro logro que alcances también, cuando en realidad estas buenas, no fueron fáciles de conseguir y recibir apoyo en ellas es igual de importante que recibirlo cuando el cielo se pone gris.
En una relación sana tu pareja estará ahí cuando recibas una mala noticia y cuando te den el asenso que estabas esperando!.
- Igualdad: Debe existir siempre equilibrio entre dar y recibir. Una relación sana debe ser equitativa. No se trata de provocar una lucha de poder, sino de encontrar un equilibrio en el cual los dos tengan el mismo derecho de opinar y encontrar la mejor solución a una situación.
- Identidades separadas: En las relaciones sanas es normal que cada uno tenga que ceder a ciertas cosas y renunciar a otras. Pero nunca debe sentirse como si estuvieras dejando de ser quién eres. Ninguno de los dos debe decir que algo le gusta cuando en realidad le desagrada, apartarse de sus amistades, desarrollar nuevos intereses o abandonar las actividades que más le gustan.
- Buena comunicación en pareja: Cuando tengas dudas sobre la intención de lo que tu pareja quiso decir, pregúntaselo! Aprendan a hablar abierta y sinceramente para evitar malentendidos. Tómense el tiempo que sea necesario para comentar sus preocupaciones, sentimientos, miedos…. Nunca te guardes algo por miedo a que tu pareja le disguste o se enoje.
¿Cómo no es una relación sana?
En una relación no sana hay maltrato, comportamientos abusivos, faltas de respeto, abuso del poder, entre otros. Sabrás que estás en una relación no sana, cuando te quites las gafas especiales de cristales rosa por un instante y te des cuenta de que no eres completamente libre o feliz en tu relación.
Hay quienes piensan, por el ambiente familiar en el que fueron criados, que ese tipo de comportamientos son normales, pero no lo son! Y debes ponerles un alto. Nunca tienes porque dejarte maltratar por alguien ni mucho menos conformarte con quién no te da el trato que mereces como la persona valiosa que eres.
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