Cuando los integrantes de una pareja llevan mucho tiempo juntos, empiezan a percibir sensaciones de desgaste y cansancio a la hora de practicar el acto sexual. Esto se debe a que las relaciones se presentan como rutinarias y la forma de evitar esta caída en el placer sexual con la pareja es aprovechando los juegos previos.
Una buena idea es besar, mordisquear y lamer suavemente muchas partes del cuerpo de nuestra pareja, siempre sin llegar a sus partes íntimas. De esta forma, estaremos favoreciendo su excitación y provocando que ansíe con más ganas el momento de la penetración.
Otro consejo muy útil es dejarse observar desnudos. Muchas veces recurrimos a la oscuridad o las sábanas como forma de defensa ante la mirada ajena, pero debemos comprender que si llegamos al acto sexual es porque existe una atracción que no se verá diluida por nuestra apariencia física.
Además, podemos innovar en la forma de desvestirnos, hacer un striptease o en lugar de cada uno lo haga a su ritmo y con sus propias manos, podemos cambiar las responsabilidades y encargarnos de dejar como dios trajo al mundo a nuestra pareja, mientras lo hace con nosotros.
Otra técnica muy efectiva es acariciar las zonas erógenas y las proximidades a los órganos sexuales. Así, mimando la parte interna del muslo, masajeando las nalgas y susurrando al oído mientras damos besos por el cuello, sin dudas llegaremos a excitar a nuestra pareja durante los juegos previos y nos divertiremos más en el acto posterior.
También podemos incorporar algunos juguetes sexuales y acariciar a la pareja con elementos que no estamos acostumbrados a usar. De esta forma generaremos incertidumbre y expectativas de nuevas sensaciones, lo que aumenta la excitación y redunda en el placer de la experiencia sexual.
A la vez, algo que pueda sorprender a nuestra pareja siempre será recibido con mayor excitación. Ser explícito si somos tímidos o al revés, favorecerá la imaginación de ella o él y le dejará crear imágenes en su cabeza para lograr un mejor resultado.
El ritmo y la velocidad con que nos movemos también incide. Besar despacio, con piquitos y después aumentar el ritmo según se vaya excitando. Bajar por su cuello, investigar detrás de su oreja y seguro lo/la tendrás impaciente.
Tocarnos las partes íntimas mientras nuestra pareja está tumbada en la cama también jugará a nuestro favor. Mientras nos acercamos, empezar a acariciarnos todo el cuerpo y nuestras partes íntimas harán alucinar a nuestro amado/a.
Con esto y una buena comunicación para saber qué es lo que más loco pone a quien hará el amor con nosotros, estaremos en la puerta de una gran experiencia sexual. Si todo sale como esperamos, tendríamos que repetir la experiencia en los instantes previos de cada relación.
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