La pubertad, también llamada adolescencia temprana, es considerada la primera fase de esa etapa tan llena de cambios y descubrimientos, que determina el pasaje de la niñez a la etapa adulta. Quienes preparan a sus hijos en este cambio deben conocer cuáles son sus características.
En el caso de los padres, madres o responsables de personas que atraviesan por esta situación es indispensable que conozcan cuáles son los cambios que se esperan y así podrán determinar ante qué situaciones consultar a los especialistas.
La pubertad suele comenzar en el entorno de los 11 años para las niñas y dos o tres años después en el caso de los niños. La finalización de esta etapa se produce alrededor de los 17 o 18 años para ambos. Estas edades son meras aproximaciones, ya que como sucede en la mayoría de los procesos biológicos, hay cuestiones orgánicas y psicológicas que pueden hacer variar estas fechas dependiendo de la situación de cada sujeto. También se ha probado que factores socioeconómicos y nutricionales afectan la datación del fenómeno.
Antes de la pubertad las diferencias corporales que existen entre un niño y una niña radican, básicamente, en sus genitales. La pubertad es momento de profundización de las diferencias en términos de tamaño, forma, composición y desarrollo de muchas estructuras del cuerpo.
Especificando la terminología podríamos decir que la pubertad se refiere más estrictamente a los cambios corporales relativos al desarrollo de la maduración sexual, mientras que la adolescencia es el período de transición de tipo psicológico y social que conlleva la pubertad.
¿Cómo nos damos cuenta de que comenzó la pubertad?
Se trata de una pregunta difícil de responder puesto que los primeros meses de la pubertad pasan desapercibidos tanto para quien experimenta estas primeras transformaciones como para quienes conviven con el adolescente. Los cambios comienzan a percibirse cuando la producción de estrógenos y testosterona alcanzan niveles importantes.
En las niñas se evidencia en el desarrollo mamario que comienza con un endurecimiento por debajo de la aureola. La aparición de la regla o menstruación no debe entenderse como el comienzo de la pubertad porque puede producirse incluso años después.
Sus cambios genitales no son sencillos de apreciar: las modificaciones en ovarios y útero solo pueden medirse con la ecografía. Los cambios en la vulva son más visibles: los labios mayores, menores y el clítoris aumentan su tamaño.
En los niños, el inicio de la pubertad lo indica el aumento del tamaño testicular, pero es mayormente visible la aparición de vello en las axilas y el pubis. Con este aumento de los testículos también aumenta el del pene, que en unos años alcanza el que será su tamaño definitivo.
Las bolsas escrotales cambiarán su aspecto: la piel se volverá más rugosa y oscura. El vello púbico aumente notoriamente su cantidad. En un comienzo se ordena en forma de triángulo y hacia el final de la pubertad toma la forma de rombo. El vello axilar aparece luego de desarrollado el vello púbico y aún después se visualiza el facial.
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