Las zonas pélvica y mamaria son muy delicadas por integrar el sistema reproductor femenino, por lo cual los exámenes en estas zonas son recursos ineludibles a la hora de mantenerse sana. Asistir periódicamente al ginecólogo y realizarse los exámenes necesarios son elementos fundamentales para el cuidado de la salud femenina.
Más allá de que los exámenes ginecológicos puedan incomodar a algunas mujeres, su importancia es vital y preventiva. Su constancia periódica y no postergación, además de la enfocada atención a síntomas extraños en el área pélvica y mamaria harán posible prevenir, detectar tempranamente y hasta evitar amenazas y enfermedades.
Examen Pélvico
En el examen pélvico el ginecólogo realiza primero una exploración externa del área chequeando posibles anomalías. Luego, utilizando su tacto, palpa el estado de los órganos internos. Después realiza un examen más profundo con un espéculo que mantendrá la vagina abierta.
Papanicolau o Citología Vaginal
La Citología o Papanicolau, que puede realizarse también durante el examen pélvico, es una prueba que chequea el estado del cuello uterino (o cérvix) para detectar tempranamente posibles anomalías, como el cáncer de cervix o cuello uterino. Este examen se centra en la extracción de muestras de tejido que se toman de tres zonas: el endocérvix, el cérvix y la parte superior de la vagina.
El examen de Papanicolau es la prueba más eficaz para detectar a tiempo el cáncer de cuello uterino y, por lo tanto, un examen sumamente recomendable. Debe realizarse desde el comienzo de la actividad sexual en la mujer hasta aproximadamente los 65 años. Si resulta positivo, la especificidad de los resultados para un mejor diagnóstico podrá asegurarse mediante otro tipo de examen: una colposcopía.
Coloscopía
La colposcopía es un método más preciso que el Papanicolau. Permite ver las zonas del cuello uterino con mayor detalle y dar paso a otros exámenes como las biopsias. En éstas se extrae parte de tejido de la vagina o el cuello de útero para testear posibles casos de cáncer.
Palpación Mamaria
En el caso de las glándulas mamarias, existe la llamada palpación mamaria. En ésta el ginecólogo realiza una exploración externa de las mamas para detectar posibles anomalías como asimetría, cambios de color o secreciones. A su vez, palpará las mamas, las axilas y la zona supraclavicular para detectar nódulos o ganglios.
También es muy recomendable el autoexamen de mamas, a través del cual la propia mujer palpa sus senos. Para una correcta realización de este examen es sumamente conveniente consultar al ginecólogo sobre cómo y cuándo realizarlo.
Mamografía
Para mujeres mayores de 40 años también se recomienda realizarse, una vez cada uno o dos años, una mamografía. Este examen incluye una exploración de las mamas mediante rayos X (por eso es importante no realizarlo cada menos de un año). Las mamografías permiten realizar la detección temprana de posibles cánceres de mama.
En caso de presentarse anomalías o resultados positivos en alguno de los exámenes antes desarrollados con seguridad el ginecólogo, a partir de ellos, determinará nuevas exploraciones o tratamientos. Sin embargo, las pruebas anteriores son una base ineludible para garantizar la detección temprana y prevención ante amenazas en zonas tan delicadas como la pélvica y mamaria.
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