Los sexólogos aseguran que la clave para alcanzar el mayor disfrute al hacer el amor está en la simplicidad. No obstante, hay detalles a cuidar para lograr un placer pleno. Desatenderlos lleva a errores frecuentes que desalientan la consecución del placer. Percatarse de esos errores mínimos y aprender a corregirlos generará enormes cambios en la vida sexual de la pareja.
El arte de hacer el amor no presenta grandes complejidades cuando se practica con soltura y entrega. Sin embargo, hay varios errores en los que las parejas suelen incurrir, casi siempre sin percibirlo, y que atentan contra la plenitud de la relación sexual. Analicemos esos errores y veamos cómo corregirlos para disfrutar al máximo cada uno de los encuentros íntimos.
1.
El primer gran error se comete justo antes de iniciar el juego sexual: pedir permiso. Preguntarle a la pareja si le apetece hacer el amor seguramente romperá con el encanto del momento y enfriará cualquier deseo. Busca otras formas de comunicación menos lingüísticas y más corporales.
2.
En esta fase preliminar, puede ocurrir que uno de los dos quiera hacer el amor, pero el otro no muestre el mismo entusiasmo. Y aquí viene el segundo error: rendirse fácilmente. La negativa no debe tomarse como definitiva. Tal vez ese “no” inicial es solo una invitación para desplegar el juego de la seducción. Buscar nuevas y originales formas de insistir siempre será más efectivo que darse vuelta e irse a dormir.
3.
La novedad y la originalidad van de la mano del segundo gran error: caer en las rutina. En el terreno íntimo es necesario innovar y romper los hábitos para descubrir nuevas formas de placer y mantener ardiente la llama de la pareja.
4. Ello se relaciona directamente con el cuidado personal. Por comodidad, cuando se tiene un compañero estable, se descuidan detalles cruciales como el aseo o la ropa interior, pensando que a la pareja no le importará. Gran error: la seducción debe continuar, aunque la relación ya lleve años. Un buen perfume, una lencería sensual o un accesorio inesperado son aliados eternos del buen sexo, también en las relaciones eternas.
5.
Otros errores se cometen durante el acto mismo. Una y otra vez se cae en la equivocación de hablarle a la pareja, creyendo que necesita oír frases estimulantes. Es cierto, un susurro a tiempo puede ser muy excitante, pero demasiadas palabras son un signo de nerviosismo y ansiedad. En vez de subir la temperatura, solo servirán para quebrar el clímax. Nuevamente, deja que sean los sentidos y sensaciones los que hablen por sí solos.
6.
La fluidez y espontaneidad son atributos esenciales para una óptima relación sexual. Cuando las cosas se fuerzan, simplemente no resultan. Por eso, si antes decíamos que es positivo buscar nuevas maneras de persuadir a la pareja, también es fundamental no obligarse a tener sexo cuando no se tienen ganas. Si has tenido un día agotador, probablemente no presentes la mayor disposición para hacer el amor.
7.
No estar de humor es más frecuente de lo que se piensa, también en los hombres. Ello no es un pecado ni supone falta de amor o de deseo hacia la pareja. El pecado es hacer el amor sin meterse de lleno en el clima. En estas situaciones, es mucho mejor dormir abrazados o quedarse conversando sobre los acontecimientos de la jornada. Quizás, luego de una buena charla…
Cómo puedo ayudar a mi pareja a q no eyacule tan rápido no le e dicho pero no me satisface