El solo hecho de escuchar su nombre estremece a muchas mujeres. La Colposcopia tiene fama de ser un estudio para confirmar la presencia de cáncer de cuello de útero. Sin embargo, su propósito va más allá de dar solo malas noticias. Si este estudio se realiza periódicamente, puede detectar a tiempo distintas anomalías y emprender rápidamente su tratamiento, sin llegar a casos extremos.
La Colposcopia permite examinar minuciosamente la zona del cuello del útero y la vagina de la mujer en busca de posibles anomalías que pudieron ser detectadas o no por el Papanicolau (Citología del cuello uterino). Es posible que un Papanicolau dé negativo como resultado –no se hallaron lesiones intraepiteliales- y aun así el médico indique una Colposcopia. ¿Quiere decir esto que el Papanicolau no es certero?
Los resultados de un Papanicolau siempre son certeros; lo que sucede es que el cuello del útero puede tener anomalías o lesiones de bajo grado que solo son posibles de diagnosticar con un estudio más exhaustivo, como lo es la Colposcopia.
La Colposcopia puede demostrar que no existen lesiones o dejarlas en evidencia, como las que causa el virus del HPV. Sin embargo, en caso de confirmarse lesiones no hay que alarmarse: solo algunos tipos de virus HPV (16 y 18) pueden derivar en cáncer de cuello de útero. Por eso resulta tan importante que las mujeres se sometan a este estudio en forma periódica. Con la detección a tiempo de distintas anomalías es posible emprender rápidamente su tratamiento.
Si el Papanicolau y la Colposcopia no revelan lesiones, se debe esperar 1 año para realizar nuevos estudios. En casos de mujeres con lesiones causadas por el virus HPV o diagnosticadas con cáncer, y casos en lo que exista flujo vaginal que no se haya podido eliminar y pacientes con sangrado anormal, los médicos aconsejan una Colposcopia cada 6 meses.
Para realizar la Colposcopia, la mujer debe permanecer recostada de espalda en el sillón ginecológico con sus piernas abiertas, en la misma postura del Papanicolau. El médico insertará un espéculo en la vagina y lo abrirá lentamente hasta poder visualizar el cérvix. Luego acercará a la zona íntima de la mujer un microscopio (Colposcopio) para observar en aumento la zona de la vagina y del cuello uterino. Después aplicará una solución a los tejidos que actúa como reveladora de lesiones intraepiteliales.
Las lesiones se presentan como machas blancas, color que adquieren por el líquido aplicado. Si es la primera vez que se practica la Colposcopia en la mujer, el médico practicará en el momento una biopsia, para lo que retirará una pequeña muestra del tejido, que luego será analizado por un patólogo. Al cabo de unas 2 ó 3 semanas, el médico informará a la mujer los resultados de la biopsia y los siguientes pasos a seguir.
Si bien no es necesaria ninguna preparación especial para la Colposcopia, se recomienda evitar las duchas vaginales y las relaciones sexuales en las 48 horas previas al examen y no estar menstruando.
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